miércoles, 17 de diciembre de 2008

El arte de cagar

Bueno, ya saben que me encantan las inmundicias, y las escatofilias. Además, si ya existe el arte de amar, el arte de la guerra, el arte del zexo, y una infinidad de artes vulgares y sumamente menores, creo, y me considero la persona indicada para comenzar la revolución defensora pro-mierda, y escribir el arte de cagar.
También considero que debería haber una ética de la mierda e incluso un edicto del buen cagar.

Por lo mientras me conformaré con el arte del cago.

Si uno no caga, se tapa. Si se tapa uno, huele raro. Si uno huele raro, la gente no se le acerca. Si la gente no se le acerca a uno, luego, es solitario. Ser solitario vuelve a la gente antisocial. Ser antisocial es el preludio del vandalismo. El vandalismo es la base de la destrucción de la sociedad. La destrucción de la sociedad es el cáncer del mundo. Luego se vuelve uno cancerígeno por no cagar.

Como sea, el cago es un arte. Hay que cuidar la postura. Las ganas. La consistencia. La pujanza a la hora del destripe. Y principalmente, la no columpiatura del tamarindo... ah guácala eso es lo más desagradable que puede ocurrir. Si no sale todo de una vez, el disfrute no es completo.

Pero ahorita ya terminé de cagar, mejor escribo otro día que esté más inspirada de letras y menos de descomencia, voy a terminar mi ensayo magistral, junto con la comprobación de por qué a Bush le apesta la boca (ampliamente relacionado con el hecho de que tiene el cerebro lleno de mierda).

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Llorar

Es horrible en general.
Primero, porque da dolor de cabeza.
Segundo, hace que las personas a las que les vale absolutamente madres, se preocupen. Eso incluye a las personas que no quieres que se acerquen.
Además, produce insomnio.
Por si fuera poco no arregla nada.
Te hace sentir miserable.
Por otro lado, pone las cosas en perspectiva. Cuando terminas con el dolor de cabeza y todas las bellas consecuencias del acto, te das cuenta de que en realidad no valía la pena llorar en un principio. Que a lo mejor era una reverenda pendejada darle la importancia.

lunes, 27 de octubre de 2008

Cosas que amodio

Odio:
El ron... amo el mojito.
La sensación de desvelado... amo desvelarme.
El sexo... amo venirme (sí, odio el sexo, es incómodo)
Los alebrijes... amo a Conebrije.
Las canciones tristes... amo cantarlas
La nostalgia... amo pensar en ti
El reggaeton... amo bailarlo (XD seee soy una fan del perreo)
Odio por sobre todas las cosas tu mamonez... amo quererte.

Cosas que nunca se deslavan

Como mi lunar en la mano.
El recuerdo (o mejor dicho, la idea del recuerdo) de la mujer gris que saludaba cuando llevábamos nuestro viejo datsun café en el eje central.
La ´mujer filipina a la que nunca podré contactar por que perdí su tarjeta. Y que quisiera por todos los medios que supiera que sé que nuestras historias son iguales.
Mi cuadro morelense.
Esa canción sin letras que me fascinaba en las noches de 17 años. (turuuuuuru, tururú tururú rurú)
El sentimiento de ver a León con mis ojos de calenturienta chamaca de 12 años al ritmo de una rolucha dance en una fiesta dizque de niños grandes.
Ese niño de la calle.
Los gatitos, perritos y animales que he tocado en la calle y se esfuman de mis manos.
Blanqueso.
Cuentos rusos populares en caricatura.
El deseo de ver cumplidas las promesas de los chicos tontos que han querido estar conmigo.
El deseo de escuchar promesas de chicos tontos que no han querido estar conmigo.
La canción de soledad de perla jamón.
El deseo de hacerlo con mi música favorita.
Todos los deseos de historias que se esfuman cuando abres la boca. O tocas a alguien.
O cuando las historias se cumplen.
La nostalgia nunca se deslava... es como deslavante, más bien
Hace que olvides las malas cosas. Los malos ratos. Como dicen mis amados Kings " todo se ve mejor desde la lejanía de la distancia del tiempo"
Mi insomnio.



Ahora que lo pienso, creo que mi lunar estaba más marcado hace unos años...

martes, 21 de octubre de 2008

Dios existe.

Ciega cansada e insomne. (qué pimche raros son esos adjetivos descalificativos aquí)
Justo antes de desfallecer, después de una caída olimpica (y silenciosa). Después de que la vida me escupe en la insignificancia de mis problemas, pedir perdón...
Y Dios abre el cielo para que vuelva a ver ese rayito de luna caminando hacia mí.
Yo sé que existes, Señor.
Siempre me has acompañado, aunque me empeñe en no hacerte caso.
Gracias por nunca dejarme caer de tus manos.

viernes, 17 de octubre de 2008

¿Qué es peor?

¿No tener dinero en efectivo?
¿No tener planes, ni dirección?
¿No tener seguridad?
¿No tener amigos?
¿Estar enojado con la familia?
¿No tener estudios?
¿Estar enfermo?
¿No tener identidad?
¿No tener sueño?
¿Tener un corte de pelo horrendo?

No
Lo peor es no tener perro...
gracias a Dios todavía te tengo, te amo Jerchi.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Sleepless


Me quiero morir de la desesperación
Y es que cuando una pasión me consume, me desenfreno, lloro, quiero, sueño, como, vivo, juego, respiro pensando en eso todo el día.
No hay nadie que me separe de mi objetivo... hasta que el tiempo lo logra.
A lo mejor por eso soy tan pinche desesperada, por que ya sé que todo, una vez que me lo fumo, no vuelve a provocarme una pasión tan ansiosa jamás.
Todo pasa y todo queda.
El mundo es un lugar taaaan nauseabundo.
Ojalá se me aparezca el hada de la mierda. En este momento, si estaría dispuesta a tragar toda la que ella se viniera a bien ponerme en un plato... malditas supersticiones

lunes, 22 de septiembre de 2008

Its only when I lose myself with someone else that I found myself

Me pregunto a veces cuál es el motivo del éxito de Depeche Mode en muchos lugares. Se me ocurre que la voz deliciosa que se derrama como miel desde la boca de Dave es una de las razones. También sus bailes, su extravagancia, los sonidos extraños que son como si estuvieras perdido en una especie de bosque vacaláctico.
Pero creo que la verdadera razón del éxito, son las letras. Profanas. Sacrílegas.
¿Lo son? ¡Pero si hablan de devoción! Sumisión, esclavitud, pasión, dolor, entrega divina, éxtasis.
Son.
Mi corazón se enciende de sólo pensar que al perderme en alguien más puedo encontrarme a mí misma. Pesa de sólo imaginar que tengo que vender mi alma por el placer de atesorar un beso, de dar un corazón en llamas como ofrenda devota en la palma de la mano de mi santo personal. Unas llamas que arden, laceran, como torturas medievales.
Eso me llevó a pensar en el dolor que siento en mi naríz. Me recordó dolores olvidados. Dolores de bofetadas cruzadas inmisericordes. Dolor de puños sobre mis músculos. En el reino del dolor, de donde no podía escapar. Eternidad era una palabra muy pesada para una niña tan pequeña. La eternidad dura hasta que uno desea. Y la eternidad, el fuego eterno y el purgatorio del pecado asolaban mis noches de niña insomne.
Todo eso quedó sepultado bajo toneladas de arena del desierto del olvido. Y uno de esos dolores asomó su uña ensangrentada. Reptó hasta la música de mi idolo atemporal.
¿Quieres volver a sentir la pasión de un ángel de siete alas? ¿Quieres que tu piel sea mordida por el látigo de nueve colas del diablo en turno?
Sí, a veces deseo de nuevo ser sometida a un dolor medieval (que no feudal, ese si debe ser ultraterreno)
Pero por qué tengo que ver tu rostro apasionado. Tus ojos entrecerrados, de sueño y entrecierro los míos, de placer.
Mi corazón no puede más. Duele.
Este dolor es más medieval de lo que puedo tolerar. Infinito.
E infinito será hasta que termine, como la eternidad de mi infantil infancia.
Hasta que arranque tus huesos de la tumba del verano. Hasta que use de nuevo tu piel para cubrir mis pies del frío invernal que no dejan ni a solo ni a sombra. Hasta que mi pecho reviente en mil lágrimas de sangre, lágrimas negras de la peste del amor.
Y solo quiero llorar, no quiero abrazarte ni besar tus perfectos labios lascivos y tentadores, no contaré tus mil lunares, ni haré constelaciones de ellos porque eso significaría enamorarme del cuerpo perecedero que te amarra al mío. Significaría venerar el vaho que sale de tu naríz cuando besa la mía.
Entiendo que mi ombligo ha tejido una red mucho más larga de la que nunca antes había tejido, y cuando los submarinosespíasrusos la rozan desde lo profundo del océano, cuando se atora con las aguamalas y los delfines juguetean con ella, cuando los bañistas se la quitan de encima, y los que se asolean juegan con ella como red de volleyball.
No lo soporto más Dave. Gracias a Dios dejaste DM y te dedicaste a cantar porquerías como Bitter Apple, ya no lastimarás mi corazón de nuevo.

Sigamos cantando con Kiss xD

domingo, 21 de septiembre de 2008

To Lennon

Do you remember, my love? When the night was cold and everything was dark. I couldnt sleep and kept on touching your tighs with my cold feet. I sat next to you and with sleepy voice you said "dont be afraid" I saw the moon covered by heavy clouds and thought I wont be afraid, just as long as you stand by me.
Darling, stand by me. Please. Stand by me.
Then I realised that if everything suddenly fell, I would only be steady if you stood by me.
Stand by me. Stand by me.
Darling, darling all things I could say may not be strong enough, just if i ask you to stand, stand by me.

jueves, 18 de septiembre de 2008

No sé qué pasó

De repente no entendí nada, era una bola de humo saliendo del cigarrillo de todos. Lloramos, entendimos. Nos fuimos.
Y aquí estoy, despierta recordando que aquél oye, sabiendo que yo huelo.
Y huelo en el aire un lago de flores grises en el agua azul (o era al revés)
Que aunque esos botones solo florezcan una semana del año, es la semana más rosa y naranja de todas.
Que cada momento pequeño importa. Y ese momento debe saber que es importante.
Que soy sofisticada. Me lo dijo alguien que no comprende mi naquez infinita e inquebrantable.
Que soy una berrinchuda y espero que mis pucheros se escuchen hasta el otro lado del globo ocular que rinde espacio.
Por favor, no aquí...
¿Por qué? No aquí.
No puedo soportar este silencio poblado de sus palabras por más tiempo. Y no podría soportar música menos, a riesgo de que la odie o que vuelva a salar el terciopelo de mi ser. Solo quería beber esas lágrimas. Quería no llorar para abrasar mi alma. Pero la pólvora estaba muy mojada de tristeza infinita, que acabará en unos meses.
Yo no podía parar ese tren con mi presencia. Y dejé que me destrozara.
Pero soy felíz por dentro, porque nada me falta, y nada faltó en ese momento. No faltó nada.
Bueno, sí faltó. Faltó que me matara, para acabar con mi miseria. Es una miseria alegre que se sostiene de una esperanza, agarrada de un alfiler al pelo de la mítica rana calva.
No llores, por favor, por favor. No aqui.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Gráfico

Me deleito en tu desnudez perfecta, amor mío. La forma en que me miras desde la cama. Las líneas perfectas de tu rostro imperturbable, segundos antes de arrancarte el aliento a besos. Tu belleza recostada sobre tu larga humanidad, y la enorme herencia de tu padre, como diría un árabe ocioso de un cuento miliunnochianos.
No puedo dejar de verte, así como no puedo dejar de amarte ni un solo instante, pues si pierdo ese instante mirando algo más, o amando otro ser, será un instante menos del infinito placer que es perderme en tu insondabilidad. Debo ser cuidadosa con mi propia finitud. Comparada contigo, sólo soy una mariposa en el aire, contemplando la belleza eterna de las flores del járdín de las huríes.
Bien dicen que el dolor más grande es la pena de amor. Es infinito hasta que termina.
Y mi dolor de amor por ti es incababable, es un deseo nunca satisfecho. Cada vez que te tengo, te deseo diez veces más. Y sólo por saciar la décima parte de la siguiente necesidad, soy capaz de sacrificarme, a sabiendas de que terminaré con una deuda elevada a la millonésima potencia de lo que comenzó.
Todo lo que digo encima de mi cabeza, podría reducirse a un escueto "te amo" en la puerta de mi casa cuando nos despedimos. Eso es lo que tu ves.

Pero en cuanto cierro la puerta, debo encerrar mi deseo en algún lado. Mi deseo es tan grande que creo que algún día moriré de amor por tí.

sábado, 19 de julio de 2008

Days go by



Aún eres un susurro en mis labios
Una sensación en las yemas de mis dedos
Eso que jala mi piel

Me dejas en lo peor
Me siento como si estuviera maldita
Penetrante frío conmigo

Los días pasan y aún pienso en tí
Días en los que no podía vivir sin tí
Los días pasan y aún pienso en tí
Sin ti

Aún eres un suspiro en mis labios
La sensación dejada en toda la piel
Estoy sin tí.




Y como siempre. No lo leerías aunque el infierno se volviera azul.
Mis lágrimas acabaron de ahogar mi corazón
Y me morí sin tí.

domingo, 15 de junio de 2008

Qué efímera eres...

Eres una almohada mullida.
Una noche de sueño sin sobresaltos.
Una pizca de chocolate en una lengua llena de sal del hastío.
Eres un beso.
Un baño.
Un lametón de perro.
Una palabra y una sonrisa.
Un trabajo bien hecho.
Eres lo que todos estamos buscando. Todos te llamamos por diferentes nombres, pero sabes que es a tí a quien buscamos.
Hoy estoy cansada, adolorida, somnolienta, mojada, expectante y sabedora de que mañana será un día como todos.
Pero esta noche te tengo a mi lado.
Dormirás conmigo después de hacerme el amor, Felicidad. Hoy lo tuve todo.

lunes, 5 de mayo de 2008

Insomne

...y triste.
¿Por qué?
Bueno, por el dinero principalmente...
No porque lo tenga, o porque se me acabe, sino porque es trivial.
Es tan trivial que a causa de él estoy insomne.
No están ustedes para saberlo, pero yo sí para contarlo; hace algunos años, en mi primer viaje a Morelia con sabor a corundas hambrientas y olor a ponche con mezcal, un maravilloso día de muertos en que fui a visitar la tierra de mi difunta abuela, caminé por un pasajillo raro (raro para mí, no para los morelianos ¬_¬), y ví el cuadro más maravilloso y fascinante de mi vida.
A lo mejor un día de estos me decido a postearlo, pero a veces la envidia me corroe y no quisiera compartir esa imagen robada, escaneada luego y algo borrosa, que inunda algunos de mis recuerdos nocturnos, como ahora.
"¿Cuánto vale? (sonrisa esperanzada)"
"Siete mil quinientos pesos, señorita (sonrisa más esperanzada y además picaresca)"
"Ah (sonrisa amable, pero triste). Muchas gracias"

Y es que la trivialidad de los sietemilquinientospesos me detuvo a comprar mi sueño.
Es un sueño que me mantiene despierta, que me hace desgraciada este tipo de noches desveladas. Por que a fuerza de la universalidad gratuita (que no es trivial como el maldito dinero) que representa para mí el interné, trato de encontrar en el universo de la red un atisbo de los trazos de aquél pintor.
Ya sé que sietemilquinientospesos ya no me separan de esa pintura. Ahora me separan los años, la distancia y la fatalidad de la probabilidad, que se va haciendo más y más grande a medida que pasan los años.

Y aunque no lo crea el Jerchi, a veces lloro por no haber robado para comprar ese cuadro, en vez de haberme conformado con sacarle una majestuosa fotografía que se ha ido borrando con el tiempo.

Por favor, señor artista moreliano, desconocido para mí, seguramente glorificado en su tierra (eso espero, porque sus pinturas eran muy buenas), cumpla mi sueño y encuéntreme...

jueves, 1 de mayo de 2008

Why did you come at all, if it wasn't for me?

A sudden rush of expectation
as I realise it's you.
Like a river in a droughtful season.
How cool you didn't call.
Initial hint of disappointment.
The mirror of my smile
that isn't there, that doesn't follow
a very causal 'hi'.
Why did you come at all,
if it wasn't for me?

Another blow of resignation
when realise I do.
Now in your hands
the book you borrowed.
The whole way we first met
comes together in my head,
when the picture's clear you've left

I still go mad if I look at your smile, trapped forever in a picture frame in my screen... I still imagine you all over me, as an ancient god, flying around me; as the air in the night, as my wish, as words lost in the wind.
My delusion are the perfect walls, guardians of your tongue. Your eyes so dark, your body so calm.
Even your desperation fascinates me. And when I saw you with him, for the first time I felt jealous against (not because of) him. I hated him. I wanted to be him... to stay for a day with you.
I can bet you dont even remember who Giovanni Papini is... but who cares as long as I can hear your delicious voice.


How Ironic can it be, that for the first time I share (in a way or another) one of his tastes, and I dont even care about it? Another trick of his goddess?

lunes, 28 de abril de 2008

Me persigue...

Regresando de mi trabajo, después de un mes de cordura y tranquilidad feliz, me topé con La Puerta de nuevo.
Por algún motivo entré de nuevo ahí.
Y cuando entré, caminé entre las putas, cuyos cuerpos seductivos me tocaban desde su esquina.
Luego caminé en la penumbra y el perro de siempre, me acompañó: guardián celoso.
Un perro que nos veía desde la ventana del otro lado le ladró furioso. El mío le sacó la lengua burlón.
Unos mendigos encadenados a las paredes trataban de atraparme.
Pero la parte horrenda, fue cuando la madre de mis hijos bastardos comenzó a perseguirme, a grandes voces. Y esos mocosos harapientos y mugrosos corrían detrás.
Gracias a Dios, mi perro les ladró, y la mujer se retrajo, pegando su cuerpo macilento a los vagabundos, que la recibieron gustosos.
El perro y yo corrimos. Una cuadra antes de llegar a casa y las luces se apagaban antes de que llegara a ellas.
Justo antes de entrar a la puerta de la cordura, el perro me miró con sus ojos humildes, rogándome también.
Le dije que no podía quedarme de nuevo.
"Llévame contigo entonces"
"Jerchi se pondrá celoso..."
Unas lágrimas negras se asomaron por sus ojos.
Está bien, pero tienes que entrar en mí.
Al cruzar la puerta de la casa mi madre me miró con horror.
"Te ves como si te hubieras tragado un perro..."
No sabe cuánta razón tiene.

sábado, 19 de enero de 2008

Hay cosas peores

Creo que no es un drama de la vida real mis pleitos existenciales, especialmente si tenemos en cuenta que hay seres con problemas de mayor importancia que los míos.
La gente que no sabe si vivirá mañana en Iraq. Los perritos que no tienen qué comer en Indios Verdes. Los gatitos que se mueren de frío en la calle. Las ratitas que se escapan de sus casas y entran en una coladera a riesgo de que las mate una rata enorme. Los vagos que se mueren de múltiples enfermedades a la salida de un OXXO y nadie los escucha morir.
No es consuelo de tontos, es necesidad de sacar fuerza de mi flaqueza y empujar mis brazos para subir de este estanque fangoso.

miércoles, 16 de enero de 2008

Muerte por combustión espontánea

Pues si, queridos chiquilines, es lo que los del Alarma pensaron cuando lo vieron. Y el titular decía "CALCINADO!!!", ya saben como se las gastan los finísimos redactores de ese y del gráfico.
Pero no. El lorenzo se roció de alcohol y se prendió fuego. Es una forma muy enferma de suicidarse si me lo preguntan.
Pero qué decir del típico ahorcadín. Si yo cuando aguanto la respiración más de diez segundos, siento que me redesespero, ora imagínense al fulanito que se deja venir con toda su humanidad y con sólo una cuerda de seguridad...
Luego están los que se empastillan. Si tragar una sola pildorita me hace pensar en los múltiples efectos colaterales que conlleva el hecho de curarme, no puedo imaginar lo que siente el individuo que traga pastillas dormitativas (o peor aún, veneno) consciente de que va a morirse entre espasmos vomitivos y dolorosos antes de que todo acabe.
Están los casos de tipos que se arrojan a las vías del metro (o peor aún, en comunidades se arrojan a las vías del tren, con el dolor y la ansiedad que conlleva esperar en las vías a que te rebane), donde quedas hecho una pulpa irreconocible.
Luego el disparo en el cucharón, o más certero, en la chirimoya, donde se te sale toditito el mole.
Se me ocurre que los que se ahogan (amarrándose una piedra para no arrepentirse) son de los que más sufren.
Y no faltan los cobardísimos y seudodarkies que se rebanan las venitas en una tina caliente. Digo cobardísimos porque saben que a últimas es donde menos se sufre y siempre puede llegar alguien a salvarlos. Es de lo más teatral.
El único individuo que reconozco que tenía un serio problema y seguramente estaba sufriendo mucho por dentro, fue alguien que se comió la sosa a cucharadas. Quiero que reflexionen acerca del dolor mental de esa magnitud, que solo pudo exorcizarlo quemándolo con sosa cáustica para lavar estufas.
A cucharadas...